El Centro de Simulación (CeSim) del Hospital funciona hace tres años y capacita a profesionales de la salud de todo el país. Cuenta con simulación clínica, simulación de cirugía mínimamente invasiva y simulación de neurocirugía endoscópica. Además validó dos modelos de simulación propios que hoy se usan en el resto del mundo. La simulación, el futuro de la medicina.
En el Hospital Garrahan se imaginan un futuro donde, antes de la cirugía, un paciente o sus padres no pregunten cuántos procedimientos se han hecho de ese tipo y cuáles han sido los resultados, sino -y en cambio- realicen una pregunta mucho más simple y directa: "¿cómo salió la simulación de mi cirugía?" Para los neurocirujanos y los cirujanos de la institución pediátrica no se trata de un futuro tan lejano: El Hospital es el primero de Argentina y de la región donde ningún residente realiza su curva de aprendizaje en el paciente: antes todos pasan por el Centro de Simulación (CeSim).
"Hasta hace poco había que saltar un paso en la formación de un pediatra, porque la primera vez que debía hacer un procedimiento tenía que hacerlo en un niño, y esa primera vez daba mucho estrés y mucha inseguridad a los que teníamos que enfrentar esa situación", destaca la directora de Docencia e Investigación del Hospital Garrahan, Susana Rodríguez, de quien depende el CeSim. "Hoy poder practicarlo muchas veces con un simulador, con un maniquí, hace que cuando se llegue a ese momento se llegue con otro tipo de preparación", asegura.
Actualmente, todos los procedimientos se practican antes de forma simulada, desde extracción de sangre, punciones lumbares o recambio de traqueotomía en una urgencia. La formación con simuladores, además, no es sólo para todos los residentes -que lo tienen incorporado en la currícula- sino también para todos los médicos, más allá de los años de experiencia. "El saber no tiene un límite, uno no se entrena con un límite al que puede llegar al cien por ciento, siempre hay posibilidad de continuar aprendiendo y esa educación continua, que es la que realizan todos los profesionales del hospital, es la que les permite ser cada vez más expertos cuando enfrentan la realidad de un paciente", dice Rodríguez.
El jefe del servicio de Neurocirugía, Roberto Jaimovich -41 años de experiencia como neurocirujano-, da un ejemplo irrefutable para explicar la importancia de la simulación: Tiger Woods, quizá el mejor golfista mundial, está por dar un golpe complejo en la final del AT&T National. Pero antes de hacerlo simula el golpe al menos cinco veces y, finalmente, lanza. Aunque fue un golpe muy bueno analiza su instrumento y luego su jugada desde diferentes puntos de vista tomados con la cámara. "Si el mejor del mundo simula antes de pegarle a una pelotita cómo no vamos a simular nosotros antes de abrir un cerebro", se sorprende.
"La simulación mejora la calidad de atención del paciente y la calidad de la prestación, esto está demostrado; por otro lado cualquier procedimiento que uno haga siempre tiene una curva de aprendizaje y lo que logramos de esta forma es que esa curva de aprendizaje no se realice sobre el paciente", explica Jaimovich para quien el futuro de la medicina está ahí, en la simulación cada vez más compleja y personalizada de la patología particular de cada paciente.
"La simulación es una herramienta que forma parte de la formación curricular del residente quirúrgico en el Garrahan. Los cirujanos se entrenan en el mismo lugar donde hacen la asistencia. Y esto es lo distintivo: dedicamos un tiempo no asistencial a la formación", explica la coordinadora general de Servicios Quirúrgicos e impulsora del Centro de Simulación Quirúrgico del Garrahan, María Marcela Bailez. Y resalta, para que quede aún más claro: "Nunca más en nuestro hospital, y ya hace varios años, sucede que un médico haga su primera experiencia en niños".
SIMULACIÓN EN ALTA COMPLEJIDAD
En el Hospital Garrahan funciona el primer y también único campo de entrenamiento quirúrgico en neuroendoscopía pediátrica del país y de la región: allí todos los residentes de neurocirugía de tercer año de todas las carreras del país se entrenan, en forma gratuita, en neuroendoscopía pediátrica, una técnica de neurocirugía que se utiliza para patologías muy complejas como sangrados cerebrales, biopsias y resecciones de tumores cerebrales, infecciones ventriculares, hidrocefalia, entre otras. Además se realizan otros dos cursos, uno para principiantes y otro para avanzados. La simulación en neurocirugía permite practicar los procedimientos sobre modelos anatómicos complejos.
Antes de aprender a andar en bici, un niño debe practicar con rueditas durante bastante tiempo. Antes de ser un buen conductor, una persona debe practicar mucho. Mientras más tiempo uno ande en bicicleta o maneje un auto, mejores serán sus habilidades. Lo mismo pasa en un quirófano: mientras más horas de quirófano tenga un cirujano mejores y más precisas serán sus habilidades. Jaimovich demuestra que esto es así, siempre, más allá de la experiencia obtenida con un ejemplo personal: "Simulamos durante toda la semana en un curso avanzado y, unos días después, cuando debí ingresar al quirófano para una neurocirugía muy compleja realmente sentí un cambio, me sentía 100 por ciento seguro de lo que hacía, de cada movimiento".
La cirujana reconocida mundialmente, Marcela Bailez, también coincide con esta apreciación y recuerda que en "el 80 por ciento de los casos los errores en el quirófano se deben a factores humanos, como el estrés por ejemplo". Y va un paso más adelante al anunciar que se están incorporando también a las prácticas de simulación casos de trabajo en equipo, toma de decisiones complejas, diálogo con los familiares del paciente en quirófano. "Antes, los residentes se entrenaban directamente con el paciente, ahora se hace la práctica en el modelo, se mide, se valora y después se hace la práctica en un animal y luego, y por último, recién en el paciente", afirma Bailez.
LOS MODELOS PROPIOS
Además de contar con simulación para residentes y profesionales médicos y enfermeros, el Garrahan también desarrolla sus propios modelos de simulación de alta fidelidad. "Desarrollamos modelos que se ajustan a las necesidades quirúrgicas, es decir que apuntamos a la educación de los médicos. Son modelos híbridos de bajo costo que se construyen con elementos de la vida cotidiana: por ejemplo, podemos hacer un tórax de un recién nacido o un lactante con distintas sustancias plásticas que simulan las costillas, el esófago con globos. Después eso se valida, demostrando que no es un juego, sino que la práctica de la habilidad es similar a la de un tejido humano", explica Bailez.
Uno de los dos modelos validados por el hospital y que hoy se utilizan en varios centros médicos del mundo es el modelo de Atresia de Esófago, que consiste en una simulación de alta fidelidad con todos los pasos para operar un niño con esta patología pero en un ambiente seguro para el entrenamiento sin pacientes, sin tejidos vivos (animales) y completamente inanimado. "Está diseñado para el entrenamiento específico en la reparación quirúrgica de atresia de esófago por vía toracoscópica, o sea a través de una cámara e instrumentos que se colocan por pequeños orificios en la pared torácica", explica Maximiliano Maricic, cirujano pediátrico y uno de los desarrolladores del modelo.
En el caso del Programa de Entrenamiento en neurocirugía endoscópica, desarrollado en el marco del CeSim, el neurocirujano Sebastián Jaimovich explicó que "las técnicas mínimamente invasivas tienen un rol cada vez mas importante dentro de la neurocirugía para el tratamiento de enfermedades cerebrales complejas". Y explicó que: "durante la capacitación se entrena en distintos simuladores desarrollados o adaptados por nuestro equipo, contando con simuladores validados inanimados anatómicos y no anatómicos, y simuladores biológicos". Esto permite obtener experiencia quirúrgica de alta-fidelidad, realismo, bajo costo y reproducibilidad.
"Este entrenamiento en simuladores permitiría disminuir la morbi-mortalidad asociada a enfermedades cerebrales complejas como la hidrocefalia, tumores, sangrados e infección cerebrales, entre otras", concluyó Sebastián Jaimovich.
CENTRO DE SIMULACIÓN
La simulación consiste en una estrategia educativa que permite aprender y entrenar las habilidades y competencias requeridas para la actividad profesional del equipo de salud, en un ambiente controlado y seguro para el operador y el paciente. Desde enero hasta agosto de este año se llevaron a cabo en el CeSim 300 actividades de simulación, con más de 893 horas simuladas en prácticas médicas y 3.497 capacitaciones.
"Tener instructores entrenados en el mismo lugar de trabajo es muy importante. Acá tenemos el círculo completo en el mismo lugar donde se trabaja. La simulación es una herramienta que forma parte de la formación y del entrenamiento. Te entrenás en el mismo lugar donde hacés la asistencia y eso es algo que nos distingue en el mundo", explica Bailez.
El objetivo del CeSim es acompañar a todos los sectores y servicios del hospital, escuchar sus necesidades de capacitación y formación continua y asesorarlos en la realización de simulación in situ -es decir en el mismo lugar de trabajo con el equipo completo- donde no sólo se entrena en la destreza de las prácticas médicas o quirúrgicas sino también en los procesos que están por fuera de los estrictamente quirúrgico y que son sumamente importantes, como ser la comunicación en equipo, la toma de decisiones, etc.