Los y las bioquímicas del Hospital Garrahan ya reciben a diario 50 muestras para diagnosticar la enfermedad producida por COVID-19. En abril procesaban 10 muestras por día y en mayo 25. En el último trimestre se procesaron 1026. La intervención del bioquímico es clave para un diagnóstico que permita la proyección de la enfermedad.
En el Garrahan trabajan cerca de 100 bioquímicas y bioquímicos entre el personal de planta y personal en formación (residentes y becarios). A causa de la evolución epidemiológica por coronavirus que no merma, pasaron a procesar 40 muestras más por día de las que realizaban en abril. En solo tres meses procesaron 1026 sin contar las determinaciones realizadas al personal.
“En esta época particular, impensada, donde la salud del mundo se ve afectada y amenazada, donde la incertidumbre predomina sobre las certezas, la contribución del bioquímico en el diagnóstico se pone de manifiesto como nunca antes había sucedido”, expresó Stella Carchio, coordinadora de Laboratorio.
La intervención del bioquímico brinda la información necesaria para el diagnóstico, no solo para descartar o confirmar la sospecha de infección por SARS CoV2 (COVID-19), sino que ofrece el conocimiento a la respuesta inmune y ayuda a definir, conjuntamente con el médico, los biomarcadores que orienten sobre el pronóstico de esta enfermedad.
Son profesionales con la habilidad para adaptarse rápidamente a los cambios: El desarrollo e implementación de nuevos procesos, las modificaciones en los protocolos de atención, la redacción y difusión de normativas y la participación en webinarios. “Contamos con la humildad para reconocer que nos falta mucho por aprender y lo que hoy es de una manera, mañana puede ser de otra”, destacó Carchio.
El Hospital Garrahan cuenta con 13 laboratorios correspondientes a especialidades y un laboratorio Central. En el contexto de la pandemia y el riesgo 
que asumen a diario, el equipo se dividió en dos grupos para asistir una semana cada uno respetando los protocolos, de esta manera no se cruzan y mantienen distancia, y en caso de contagio y aislamiento de los contactos, el área sigue funcionando con el equipo que no estaba.
“El bioquímico forma parte del equipo de salud, aporta sus conocimientos, intercambia experiencias, enseña y aprende. Hoy es momento de sinergia, de solidaridad, de miradas generosas y no individualistas, es momento de construir entre todos una inteligencia mayor, capaz de dar batalla”, concluyó Carchio.
El Día del Bioquímico se celebra cada 15 de junio en conmemoración al nacimiento de Juan Antonio Sánchez, doctor y profesor creador de esta carrera en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1919.
Sánchez consideraba que el doctorado en Farmacia, existente desde 1875, no cubría las necesidades específicas de la bioquímica, entonces, el 3 de noviembre de 1919 presentó un plan de estudios al Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA para crear el Doctorado en Bioquímica y Farmacia que fue aprobado solo 25 días después.
Antes de su creación, la bioquímica pertenecía a las carreras de Medicina y Farmacia. Esta profesión se volvió fundamental en la prevención, el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento de las enfermedades. Más del 70% de los diagnósticos están basados en algún estudio de laboratorio.