El contagio en embarazadas no difiere del resto de la población general en cuanto a su forma de adquisición, de transmisión y de gravedad. En general los cuadros clínicos son similares, y aunque existe riesgo de transmitir la infección al recién nacido, en la mayoría de los casos se produce en el periodo post parto.
El recién nacido puede adquirir la enfermedad luego del nacimiento por contacto con su madre, así como de otras personas y por estar en contacto con elementos contaminados. Es raro que suceda por transmisión congénita intrauterina.
El riesgo de infección de un hijo de madre Covid-19 positiva es alrededor de 15%, por eso es importante la prevención de la adquisición post natal.
Los pacientes neonatales tienen una amplia diversidad de síntomas, pero en general son leves.
El COVID-19 no se transmite a través de la leche materna, y aunque existen estudios que demostraron la presencia del virus, no se sabe qué valor infectivo tiene y por eso no está contraindicada la lactancia en los hijos de mamás con esta infección.
Para prevenir la enfermedad hay que conocer los medios de contagio:
Es un virus que se transmite de persona a persona a través de las vías respiratoria por las gotas de saliva que se eliminan al hablar, cantar, toser o estornudar. Y por contacto directo con la superficie contaminada con esas gotas.
Las medidas de prevención son la higiene de manos, con agua y jabón o con alcohol en gel, el aislamiento social para evitar el contacto con la gente, estar a una distancia de 2 metros y con barbijo o tapaboca, y la limpieza de las superficies que puedan haber tenido contacto con las secreciones.
Griselda Berberian, Infectóloga Pediatra del servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan.